Keiretsu a la mexicana
A plata pura, no somos dueños de nada sino meros administradores con la obligación grave de multiplicar los dones encomendados favoreciendo el bien común con la impronta de valores y virtudes.
A plata pura, no somos dueños de nada sino meros administradores con la obligación grave de multiplicar los dones encomendados favoreciendo el bien común con la impronta de valores y virtudes.