El número de visas para estudiantes extranjeros en EE.UU. ha disminuido en un 40% con respecto a 2016. Esto obedece a varios factores: el gobierno de Arabia Saudita ha reducido el número de becas para EE.UU., universidades de otros países han ofrecido programas en inglés para atraer a estudiantes internacionales, las IES de EE.UU. han aumentado las tarifas a estudiantes internacionales buscando mayores utilidades, las visas para estudiantes chinos son ahora por 4 años cuando antes eran de 1 año y, finalmente, la retórica del Presidente Trump ha creado un entorno de desconfianza.
Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una conferencia nacional de las principales universidades públicas de EE.UU. En una de las conferencias plenarias escuché a un alto funcionario del FBI decir que ¨un estudiante chino no regresa a su país sin reportarse con el gobierno comunista¨ (once a Chinese, always a Chinese). Esto me pareció un comentario preocupante ya que habla del sentimiento creciente en un segmento de la población de nuestro vecino país del norte.
Este mismo funcionario, cuyo nombre prefiero omitir, comentó que debiese prevalecer en las IES de EE.UU. una ¨vigilancia constructiva¨ para prevenir que profesores de origen Chino reciban un sueldo paralelo de parte del gobierno comunista a través de empresas como Huawei. Existe un tipo de paranoia en nuestro vecino país del norte. El funcionario del FBI cuestionó a las IES el estar aceptando estudiantes de doctorado chinos para areas STEM (scientific, technology, engineering and mathematics) ya que representan un riesgo de espionaje al conocer y copiar la tecnología de EE.UU. Llegó incluso a comentar que existe una nueva guerra armamentista siendo China uno de los punteros.
Igualmente, otro alto funcionario del Wilson Center en EE.UU. comentó que no es un secreto que China tenga una estrategia para el año 2035 para crear una capacidad holística de poder mundial (comprehensive national power) y que EE.UU. se enfrenta a lo que pudiera ser una segunda guerra fría. Esta capacidad holística incluye temas como comercio, tecnologías de punta, innovación y el control mundial de las rutas comerciales.
Ambos funcionarios concluyeron que, aunque las administraciones de los presidentes Trump y Xi Jin Pin llegaran a un acuerdo en términos comerciales, la relación entre ambos países va a empeorar y seguirá detereorándose. Comentaron que ¨sendos países están a un pasito de una nueva Guerra Fría ¨.
En respuesta a lo comentado por dichos funcionarios federales, algunos académicos estadounidenses argumentaron que en vez de pensar en una ¨amenaza a la seguridad nacional¨ se debiera hablar de ¨integridad académica¨ y socializar principios y valores entre estudiantes y profesores a todos los niveles, independientemente del país de origen. Los académicos cuestionarón el por qué la relación académica era solo en un sentido al no haber estudiantes de EE.UU. que dominen el Mandarín, conozcan de la cultura China, que estudien o sepan cómo hacer negocios en China. Asimismo expresaron su preocupación al reconocer que los centros de investigación y laboratorios de las IES en EE.UU. sin investigadores nacionalizados de origen Ruso, Indio o Chino, serían mucho más pequeños ya que la oferta de investigadores y científicos norteamericanos es limitada. Un académico estadounidense que viaja todos los meses a China subrayó que el nivel de equipamiento e infraestrutura de los laboratorios y centros de investigación en China son por mucho superiores al 90% de los que hay en IES de EE.UU.
En lo personal afirmo que solo el Amor es absoluto y todo lo demás es relativo. Tanto los funcionarios como los académicos dicen la verdad pero habría que tomar ambas versiones con un grano de sal. Es un hecho que China, al no ser una economía de mercado como la entendemos en el occidente, puede moverse a ritmos más acelerados, sin conciliar opiniones y con visión de largo plazo. China no solo tiene un plan estratégico de nación para el 2035 sino también para el 2045. Su PIB per capita está mucho más cerca al de México que al de la India y probablemente su PIB absoluto supere al de EE.UU. en 10 años o menos. China está haciendo una inversión en rutas comerciales equivalente al PIB de México y 10 veces superior a la inversión que precise la reconstrucción de Europa a finales de la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado es un hecho que la brecha tecnológica entre EE.UU. y China se ha acortado y pronto estarán en condiciones de competencia similares.
Una sana competencia entre empresas o naciones siempre será positiva y ayudará el que las partes tengan empatía y respeto mutuo, tendiendo puentes y procurando espacios de cooperación. Quizás esté el mundo en el umbral de un nuevo orden global donde existan 3 bloques económicos preponderantes: un europeo liderado por Alemania y Francia, uno americano con EE.UU. como líder y un tercero en Asia donde China juegue un rol hegemónico. Quizás sea prudente que con visión de futuro, los mexicanos nos acerquemos más a China, aprendamos su idioma y ponderemos aún más sus valores y tradiciones ancestrales.