Discernimiento
Qué difícil es para los jóvenes discernir o decidir, toda decisión implica renuncia, quién decide tiene que renunciar a algo, eso es, si alguien desea estudiar tiene que renunciar a estar perdiendo el tiempo, si alguien decir amar, necesita renunciar a su egoísmo, si alguien decide aprender idiomas, pues eso implica renunciar a quizás hacer otro tipo de actividades de esparcimiento.
Eso es por un lado, por otro lado los jóvenes se ven saturados de información de distintos medios, constantemente están recibiendo a través de redes sociales, información de todo tipo y qué difícil es para los ellos poder identificar cuál de esa información es válida, correcta o la que aplica. No saben si lo que reciben es verdad o mentira, cualquier persona puede publicar lo que se le antoje en redes sociales sin necesidad de estar verificando fuentes o sin tener que comprobar si eso que están publicando es cierto.
Más aún, existen robots cuya función es estar tratando de influir en las decisiones de los demás, e incluso mandando información falsa. Dichos robots son capaces de emular los movimientos faciales y de la boca de una persona y hacer creer que esas personas están diciendo cosas que jamás dijeron. De ahí que es singularmente difícil para los jóvenes discernir.
El tema se complica aún más para los jóvenes cuando la única fuente de información que tienen ellos, son justamente las redes sociales, a los jóvenes les es más fácil, les es mas natural, les es mas orgánico, estar buscando información en redes sociales y dar por hecho que esa información es verídica. Prefieren no leer y en vez de ello estar escuchando videos, y esos videos los pueden producir y generar cualquier persona sin necesidad de estar verificando el contenido. Lo vimos en las elecciones de EE.UU. como se hablaba de los “fake news”, informaciones falsas. Incluso las fuentes oficiales de información tenían que estar justificando de alguna manera lo que alguien dijo porque no tenían certeza plena que eso que hubiesen dicho fuera real, comprobable o más aun verídico. Todo esto me lleva a pensar que quizás la libertad que los jóvenes que anteriormente tenían para tomar decisiones cada vez se ve más comprometida por el bombardeo de información a través de los medios de comunicación y redes sociales.
La única solución para todo esto es, por un lado, saber discernir; para discernir hay que primeramente escuchar, segundo, dialogar con el interlocutor y tercero tomar decisiones. En ocasiones esta decisión se ve fortalecida cuando hay algún tipo de mentor o algún tipo de guía con calidad moral que pueda irlos orientando en esa toma de decisiones.
Anteriormente, hace algunos años, la comunidad servía como esa caja de resonancia que requerían los jóvenes para poder discernir entre lo correcto y lo que no lo era. Hoy en día, cada vez la comunidad se ve más afectada, el núcleo de toda comunidad debiese ser por principio de cuentas la familia, pero cada vez la familia se ve más atacada por corrientes ideológicas. Hay países como Noruega o Suecia donde el apostolado de las personas está enfocado hacia ir a acompañar a alguna persona sola. El 52% de todos los encuestados mayores de 40 años, pensaban que, de cualquier manera, algún día se iban a casar y el 22% tomaron la decisión de nunca casarse, eso es, existe cada vez más un número importante de personas solas, que no tienen cónyuge, que no tienen hijos, que llegan a la ancianidad estando solas y eso a todas luces, es una afrenta contra la intención de todo país de crear un sentido de pertenencia, una comunidad donde todos se sientan parte de ella y todos se sientan copartícipes del crecimiento de la misma.
Articulo por Dr. Eugenio José Reyes Guzmán