La semana pasada, en el marco del Americas Competitiveness Exchange, ACE-11, en Puerto Rico, tuve la oportunidad de conversar varios días con el Secretario de Desarrollo Económico de Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Ing. Manuel Laboy Rivora.
Haciendo un injusto y somero resumen de lo aprendido en nuestras conversaciones, quisiera resaltar que Puerto Rico tiene una oportunidad histórica de reconstruirse, reinventarse, tomar decisiones políticamente difíciles y llevar al país a otro nivel. Por un lado, el hecho de que sea parte del USA commonwealth le da la posibilidad de tener lo mejor de los dos mundos. Puerto Rico es un país fundamentalmente latinoamericano en su idioma, sus costumbres, tradiciones y valores y, por otro lado, es parte de los EE.UU. y recibe todos los beneficios de pertenecer a la nación más poderosa del mundo. En los siguientes 10 años recibirá por parte del Economic Development Agency una inversión de 1.3 veces el PIB anual de la Isla que actualmente es de USD$105 millardos.
Hace cerca de 2 años, la isla fue devastada por un par de huracanes concatenados que destruyeron gran parte de la infraestructura, puntualmente la eléctrica. Esa desgracia puso en evidencia la incapacidad de la empresa estatal de reestablecer el suministro eléctrico en el país, y abrió la oportunidad de analizar la posibilidad de privatizarla, hacerla eficiente y rentable. “Uno de los grandes impedimentos que ha detenido nuestras oportunidades de desarrollo económico, es el deficiente y obsoleto sistema de generación y distribución de energía”, comentó Ricardo Roselló, Gobernador de Puerto Rico.
Puerto Rico es un estado altamente endeudado, siendo la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), ingentemente responsable. No es justo ni correcto que se privilegie el bien menor, empleados de la AEE, a costa de un mal mayor, la población de Puerto Rico en general. Todo pasivo que el gobierno de cualquier país adquiera, directamente o a través de paraestatales, tendrá que ser pagado, desviando los siempre limitados recursos, de lo que pudiesen ser mayores y mejores oportunidades para los moradores. Al tener un país que cubrir el servicio de su deuda, reduce su margen de maniobra para aumentar la calidad de vida de sus ciudadanos.
Enhorabuena por Puerto Rico y sus dirigentes que están verdadera e inteligentemente pensando en el bien de su población. Dios quiera que el tiempo les alcance y sus valores los encaucen.
Escrito por Dr. Eugenio José Reyes Guzmán
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