¿De qué forma este valle de lágrimas ocasionado por el Covid-19 traerá como consiguiente un punto de inflexión en el modelo ético mundial?
El mejor predicador del comportamiento futuro es la historia, misma que indica que es imperativo amputar inmediatamente una herida gangrenada, para salvar una vida o la economía de un país. Los grandes líderes lo saben; desde los Presidentes Trump, Trudeau, la Reina Isabel II y Bukele han enviado sentidos mensajes a sus respectivas naciones; alertando, alentando, dando respuesta y proponiendo soluciones individuales y conjuntas; conscientes de que lloverá sobre mojado y de que la trepidante necesidad pondrá a prueba la paciencia erosionada de los pueblos dolientes.
De manera somera existen tres momentos de intervención ante el doble tsunami; de salubridad y económico. La urgencia de una acción inmediata en salud y empleo, la necesaria supervivencia de las MIPYMES a corto plazo y, a mediano plazo, la re configuración de los países en un nuevo orden mundial. Para potenciar los resultados, debe existir un justo balance entre la urgencia de lo inmediato y lo necesario del corto plazo, sin que lo primero agote los recursos para llevar a cabo lo segundo. Juan Pueblo se encargará de juzgar a sus gobernantes a razón de si los estímulos a corto plazo otorgados a las MIPYMES fueron robustos, suficiente y acertados; o escuálidos y dispersos. La supervivencia de las empresas será directamente proporcional a las municiones que ministre el gobierno y a los amortiguadores financieros y fiscales es pos de ellas. En ese tenor, ¿qué planteó el Gobierno Federal?
A pesar de la incuestionable realidad de que las MIPYMES generan 7 de cada 10 empleos con lo que subsisten al menos 20 millones de trabajadores y sus familias, los apoyos propuestos a corto plazo fueron anonidos. No habrá exención ni aplazamiento en el pago de impuestos ni en las obligaciones sociales, no habrá subsidios federales para el pago de nóminas y se recrudecerá la fiscalización. El escueto e insuficiente apoyo por MXN63,700 millones (0.2% del PIB de México) vía «créditos» de 10 a 25,000 pesos (USD$1,000) para 1 millón de MIPYMES, no alcanzará a mover la aguja. En un sondeo realizado por El Norte a 800 líderes empresariales y académicos, el 82% mencionó que dichos «apoyos», otorgados por cierto parcialmente a través del Banco para el Bienestar, no son tiros de precisión y servirían de poco o nada. Nuestro vecino país del norte en vez de «obsequiar» USD1,000 dólares, prestará a MIPYMES hasta USD$1.5 millones, aunados a un apoyo a fondo perdido por USD$10,000, condicionado a la retención de empleo. Destinará al menos USD$849,000 millones en créditos a través del SBA, 340 veces más que México, equivalentes al 4% de su PIB o el 90% del devaluado PIB mexicano. Igualmente acompañará a sus MIPYMES con un ejército de 6,000 asesores empresariales con el modelo del «Small Business Development Center (SBDC)» aumentando la probabilidad de repago y de desarrollo empresarial. El gobierno mexicano por el contrario, emitió un decreto de emergencia sanitaria obligando a las MIPYMES a pagar los salarios íntegros a sus trabajadores hasta el día último de abril, sin descartar que posteriormente decrete una contingencia sanitaria, que implicará la obligación de pagar un salario mínimo. Caray, sin apoyos y con mayores exigencias se estima que, de los 4.4. millones de MIPYMES, más de 1 millón cerrarán sus puertas, muchas de ellas para jamás volverlas a abrir.
Algunos economistas dicen que desde el gobierno federal se impusieron decisiones ideológicas claramente refutables y sin suficiente sustento práctico, a lo que Paul Krugman llama «ideas zombis» que van dando tumbos y arrastrando los pies. Un orondo, indolente y airado gobierno federal, con exudada complacencia, embistió al sector privado espetando que en el pasado los neoliberales particularizaban las utilidades y socializaban las pérdidas. A pesar de la ingente necesidad de apoyo a las MIPYMES y el enjuto presupuesto, el discurso se mantuvo obsecado en continuar con proyectos faraonicos como Dos Bocas, el Tren Maya y Santa Lucía. Dichos proyectos serían financiados con lo que resta del Fondo de Estabilización aunado a los recursos expropiados al pueblo de México, el fideicomisario, con los 338 fideicomisos sumando MXN$740 mil millones. Ah, y poniendo limón sobre la herida, la semana pasada, aprovechando la distracción del vapuleado pueblo, el gobierno federal nacionalizó la Catedral del Señor en Tabasco y la Capilla de la Humildad en Jalisco; pobre del pobre pueblo de México. Y, ¿dónde está la Iniciativa Privada?
El domingo por la noche, como esperando a que desde el Palacio Nacional anunciaran el plan de apoyo, se pronunció valientemente Gabriel Chapa de CANACO Monterrey invitando a la acción y Gustavo de Hoyos de COPARMEX reclamó respetuosa y enérgicamente. Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial con su timonel Carlos Salazar, compartió el programa para los próximos 90 días con medidas diferenciadas por mes y por circunstancias que desde hace 2 meses le habían propuesto al Gobierno Federal, mismo que cayó en oídos sordos. Hay quien dice que México pudiera volver a los tiempos donde Don Eugenio Garza Sada unió a la IP en un reclamo contra Luis Echeverria. Tal vez resuene en la memoria empresarial aquella advertencia de Don Andrés Marcelo Sada a López Portillo diciendo: «el hecho de que el gobierno y el sector productivo coincidan en su decisión de trabajar por México, no significa que se hayan superado totalmente las diferencias ideológicas que pueden dividirlos». Y más allá de lo nacional, ante un íntima correspondencia biunívoca con los EE.UU., pudieran suscitarse repercusiones heterodoxas; sólo Dios y el tiempo lo dirán.
A mediano plazo, el panorama es igualmente desolador. Según la OECD la industria del turismo caerá un 70% y la UNCTAD prevee que la inversión directa extranjera se contraiga al menos un 40%. Según el Boston Consulting Group se espera que el fin del encierro sea a finales de Julio para México, finales de agosto para Argentina y mediados de septiembre para la India. ¿Cómo será el nuevo orden mundial? ¿Será un mundo más fragmentado, más dependiente de economías nacionales y menos de las cadenas de suministro internacionales, seremos más resistentes? ¿Tendrán las economías mundiales mínimos morales y éticos que permitan el desarrollo de las MIPYMES a través de la rentabilidad de los valores? ¿Hasta cuándo entenderá la humanidad que debe haber un sano equilibrio entre la ética particular y la ética universal, entre la presión de los derechos individuales y a emisión de normas y leyes que privilegien el bien social? ¿De qué forma este valle de lágrimas ocasionado por el Covid-19 traerá como consiguiente un punto de inflexión en el modelo ético mundial? No lo se … dependerá de las decisiones que se tomen ahora.
Fuente: El Porvenir | Dr. Eugenio José Reyes Guzmán.